15 de febrero 2015

PHOTO: LAURENCE FREEMAN

Una selección de Laurence Freeman OSB, "Spirit," JESUS THE TEACHER WITHIN (New York: Continuum, 2000), pp. 186‑87.

La alegría de alcanzar la verdad es la dicha del Espíritu. Borra la vergüenza de los fracasos anteriores. Conscientes de que este Espíritu de verdad está en nosotros como un amigo, somos más capaces de tolerar en los otros y en nosotros aquello que no ha llegado aún a la plenitud de ser…La verdad es tolerante porque el espíritu es un amor tolerante. Permite que lo no cierto sobreviva por lo pronto como un padre amoroso permite que un niño cometa errores. La verdad acoge más que excomulga a sus enemigos. Se manifiesta a través de mucha destilación de experiencia.
No es un objeto o una respuesta que se pueda ver y preservar. Y cuando no hay ego que filtre la verdad, la comunicación se transforma en comunión.
El Espíritu es la falta de ego, el vacío infinito de Dios, por tanto, ella llena todo con su vacuidad y contiene “toda la verdad”. Solo la vacuidad puede contener todo.

En el evangelio de Juan, la resurrección y la venida del Espíritu se ven como el mismo evento. En la tarde del dia de pascua, Jesus vino y se apareció entre sus discípulos que estaban invadidos por el miedo en un cuarto cerrado. Su primer palabra fue Shalom…Shalom fluye directamente de la armonía divina que es el Espíritu. Recibirla es compartir esa paz más allá de todo entendimiento. “Y entonces sopló sobre ellos y les dijo reciban al Espíritu Santo.” Este soplo, que llevó las palabras de Jesus a sus mentes y corazones que le escuchaban, es un medio del Espíritu.

Y entonces les dio el poder de perdonar los pecados, Este poder de perdonar…es un carisma del espíritu pues el perdón remueve el más grande obstáculo para la comunicación. Cura heridas, confiesa la verdad que nos libera, consuela el dolor, calma el enojo, disuelve el resentimiento, logra la reconciliación entre enemigos. Quienquiera que conoce la verdad tiene el poder de perdonar…Aprendemos a través de su efecto en nosotros lo que el Espíritu es: un amigo que no tiene favoritos y que libera al poder de amar, de perdonar infinitamente. Ella está más allá de la observación pero la reconocemos por las trazas de su silente, sanador, director y consolador paso a través de nuestra vida.
 
Después de la meditacion: Un extracto de Hildegard de Bingen, tr. Carol Lee Flinders in A Little Book of Women Mystics – Un pequeño libro de mujeres místicas - (New York: HarperCollins, 1995).
  
El Espíritu de Dios
Es una vida que da vida
Raíz del árbol del mundo
Y viento en sus ramas,
Borrando pecados,
Ella nos frota aceite en las heridas

Ella es vida deslumbrante,
Que atrae toda alabanza,
Despertando todo,
Resucitando todo 

Traducción Enrique Lavin