Martes de la 2ª semana de cuaresma 2015. 3 de marzo

Mateo 23:1-12: Así que practiquen y observen lo que ellos les enseñan pero no lo que hacen; porque ellos predican pero no practican.

Lean el pasaje completo del Evangelio para que tengan toda la historia de vituperación de Jesús atacando a los “fariseos”- queriendo decir los Fariseos Musulmanes, los Fariseos Hindúes, los Fariseos Israelitas, los Fariseos seculares y no menos los Fariseos Cristianos. Pocas personas se pueden salvar de haber sido expuestas y condenadas de hipocresía y explotación. Y, como veremos en la Semana Santa, Jesús tampoco se salvó.

Pero confiamos en él por este sufrimiento y sus consecuencias trascendentes, y porque habló desde una pasión adictiva a la verdad que es la única clase de adicción que nos libera.

La religión misma se muestra desnuda aquí, no solo una denominación. La corrupción de los mejores es la peor y por lo tanto merece la mayor exposición y condenación.

Jesús entonces saca la conclusión lógica: tú no debes ser llamado maestro, porque tienes un maestro, y todos ustedes son compañeros. Llega así Lutero y, un poco después, el Concilio Vaticano II y después el Papa Francisco.

Llega también la gran sombra cristiana, el anti-Cristo (Anti- Krishna, anti- Moisés, anti-Mahoma, anti-cualquier cosa auténtica). Ustedes son todos hermanos y hermanas- ¿cómo van a compaginar este idealismo no económico con la necesidad de jerarquía y privilegio disfrazada de servicio y humildad?  Fácil: hermanos mayores y hermanas inferiores.

Jesús es tan radicalmente disruptivo. ¿Cómo lo podemos domesticar, cómo puede la Iglesia dar un sesgo a las perturbadoras “buenas noticias” que ponen al mundo como lo conocemos - y a nuestras mentes como las usamos - de cabeza? Esto también es fácil. Crea sistemas que tengan el membrete de verdad pero no el poder de sanación de la verdad. Entonces idolatra esos sistemas.

¿Cómo podemos resistir  la tendencia inevitable de hacer la contra-revolución? Si aún no lo sabes, vamos a rezar para que esta Cuaresma te lo enseñe.  

Traducción: Guillermo Lagos

Categorías: