Martes de la 4ª semana de cuaresma 2015. 17 de marzo

Juan 5: 1-16: Levántate, toma tu camilla y camina

El hombre sanado en esta historia se queja de que nadie le ha ayudado a entrar en la piscina mágica mientras el ángel estaba revolviendo las aguas. Él ha estado esperando allí durante treinta y ocho años estériles: el tiempo, de acuerdo al Deuteronomio, que los israelitas habían vagado en el desierto.

¿Cuál es el simbolismo de eso? ¿Hay problemas, bloqueos, obsesiones en ti mismo, en tu personaje, en tu vida, que han estado contigo durante todo el tiempo que recuerdas? ¿Las cosas que has desistido de conseguir, pero que todavía hacen que te arrepientas, te quejes o tengas lástima de ti? La causa del problema, por mucho que sea historia antigua, enclavada en las primeras capas de tu vida, está vinculada y sostenida por los efectos de la tristeza o la ira que ha producido.

Por lo tanto, somos mantenidos en un doble movimiento de pinza: el de un trauma histórico y el del estrés postraumático en curso. El pasado ha inundado e incapacitado el presente, así como un virus invade el ordenador y ralentiza las funciones operativas. Estamos cautivos y sentimos que nadie parece querer o ser capaz de ayudar.

El espíritu no puede tolerar tal situación y tal pérdida. Dada la oportunidad, incluso un breve encuentro en una piscina mágica, penetrará a la persona y afrontará el problema y dirá 'ahora sigue adelante y toma esa maldita estera'.

Laurence Freeman OSB

Traducción: Marina Müller

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