Seminario de Meditatio sobre la dimensión contemplativa de la fe: "Fundamento común y diálogo interreligioso"

Singapur, 7 y 8 de enero 2012

Liderado por el P. Laurence Freeman OSB

Con aportes de:

·        Venerable Chuan Guan

·        Habib Syed Hassan Al-Attas

·        Madre Mangalam

·        Maestro Huang Xin Cheng

·        Maestro Chung Kwang Tong (Wei Yi)

Contemplación en quietud y fundamento común: 

Personas de diferentes creencias religiosas oran juntas en una poderosa expresión de armonía

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Redactor de la reseña: Chua Mui Hoong

10 Enero 2012

Straits Times

(c) 2012 Singapore Press Holdings Limited 

 

Pasé el fim de semana encerrado en un auditorio con otras 400 personas, escuchando a los líderes religiosos compartir sus puntos de vista en relación a la dimensión contemplativa de la fe para cada uno de ellos.

Se focalizaron en la contemplación y la meditación – la búsqueda común de significado y del camino hacia Dios, o a la Realidad Última o a la Conciencia Divina -  a través del camino de la quietud y del silencio.

Lo que fue particularmente especial fue el hecho que, luego de algunas de estas sesiones, las luces se oscurecían y todos nos sentábamos en silencio a meditar juntos

Tratábamos de limpiar nuestras mentes “parlanchinas de mono” de pensamientos exteriores, y utilizamos para ello diferentes técnicas para “atar a la vaca al pastoreo” de nuestro disperso cerebro, a un anclaje, a un centro. Algunos utilizaban una palabra-oración de la Biblia; otros un mantra sánscrito; otros prestaban atención a la respiración y otros seguían las cuentas del Rosario recitando los nombres de Alá en oración.

Algunos se mostraban inquietos; sonaron uno o dos teléfonos celulares;  otros utilizaron el tiempo de la meditación para sacar fotos o para actualizar su Facebook

Pero durante cinco sesiones sorprendentes de veinte minutos cada una por día, nos sentamos en un silencio en compañía, involucrados en la individual, intensamente privada, aunque profundamente comunitaria,  práctica de la oración silenciosa.

El evento, acertadamente titulado “fundamento común” fue organizado por el Consejo Arquidiocesano de la Iglesia Católica para el Diálogo Inter religioso y Ecumémnico y por la Comunidad Mundial de Meditación Cristiana. También fue apoyado por la Organización interreligiosa de Singapur (IRO).

En los comentarios de apertura, el Presidente de IRO, Ashvin Desai, de la Comunidad Jainista destacó: “Vivimos en un mundo que cambia rápidamente y en donde somos testigos del permanente surgimiento de spas y retiros, conjuntamente con un gran número de personas que comienzan a practicar yoga, meditación y otras formas de ejercitaciones individuales. Existe claramente una fuerte demanda de tiempo a nivel individual y de escape”.

Como lo expresó la Madre Mangalam, una hindú de 85 años y la Presidenta vitalicia de la Pure Life Society en Malasia;  “existe una acuciante necesidad de períodos de silencio en el ruidoso y acelerado mundo de hoy”.

Si esto suena disparatado o de otro mundo, no lo es en realidad.

La meditación se encuentra en el corazón de la  práctica ancestral de sentarse en quietud, en silencio, permaneciendo atentos al aquí y al ahora – permaneciendo atentos a la vida en uno mismo, a la vida a nuestro alrededor y a la Fuente de la Vida en nuestro interior.

Las diferentes tradiciones de fe utilizan diferentes palabras, pero muchos enseñan la sabiduría y la perspectiva en cuanto a que lo Divino habita en cada uno de nosotros, en una fuente de paz y amor para ser aprovechada.

Entonces cuando un cristiano se sienta y se centra a sí mismo con una palabra-oración como por ejemplo Yavé o maranatha (del arameo, “Ven Señor”), cuando un Budista medita en amorosa amabilidad, cuando un Taoísta sigue la inspiración y expiración de su soplo de vida hacia la armonía, cuando un musulmán canta los varios nombres de Alá, o cuando un hindú compromete a sus chackras en meditación; todos están comprometidos en una práctica que es al mismo tiempo, específica de su propia tradición  y común a todas las otras creencias:  alcanzar a Dios a través del silencio.

Esta tradición contemplativa común a las diferentes tradiciones religiosas se asienta más allá de la doctrina y del dogma, y por lo tanto permite  intercambios interreligiosos significativos.

El diálogo interreligioso comienza con una comprensión cognitiva de la religión de cada una de las partes. Con la comprensión llega el respeto por las diferencias de cada una de las partes.

Por lo tanto, puede también haber cosas en común dentro de la diversidad, como enfatizaron los líderes religiosos en el seminario. Esto no quiere decir que todas las tradiciones religiosas sean lo mismo. Eminentemente no lo son, ligadas como cada una de ellas está a determinados períodos históricos y culturales y a determinadas enseñanzas. Pero las prácticas de estas diferentes tradiciones tienen elementos en común, y la oración es uno de ellos.

Sentarnos juntos a meditar, siendo conocida esta práctica como dhikr, jing gong, samayik, samatha u oración centrante, es armonía religiosa en acción, una expresión visible de respeto y tolerancia por las otras creencias. El acto de orar juntos dice mucho más que las palabras, en cuanto a que yo respeto y valoro tu tradición de fe y la honro como diferente a la mía, pero igual a mi propia práctica.

Este punto no pasó desapercibido para los participantes ni para los disertantes. Muchos se maravillaron al ver que este acontecimiento tuvo lugar en un lugar y una región convulsionada por conflictos relgiosos.

Muchos pensaron a Singapur como la ciudad de acogida a semejante acontecimiento, ya que es una ciudad con una larga tradición de respeto por la diversidad religiosa. O, como lo expresó el padre Laurence Freeman, un monje benedictino católico de Gran Bretaña, “Singapur tiene una oportunidad particular para atestiguar el potencial de la amistad interreligiosa que atraviesa todas las religiones”.

Unos cuantos líderes también se aventuraron a la posibilidad de que se estableciera un centro interreligioso para generar el espacio en que personas de diferentes religiones pudieran pasar un tiempo de quietud juntas.

Habib Syed Hassan Al-Attas, el Iman y Director de la Mezquita Ba'alwie en Singapur, compartió las perspectivas en cuanto a la contemplación desde el Islam, finalizando su charla con un “decir y mostrar”. Sacó de sus ropas un Rosario – y luego otro - y otro. Y en un momento, las cuentas de oración musulmanas, las hebras con cuentas budista, el Rosario católico y las cuentas de oración hindúes quedaron todas colgadas de sus brazos.

Luego brilló beatíficamente y observó que estos abalorios de oración, ya sea que posean 108, 99 o 150 cuentas, son todos expresiones y senderos hacia el fundamento común de nuestras diferentes creencias.

Me fui habiendo renovado mi propia fe en la tradición católica, tomando la resolución una vez más de permanecer fiel a esta práctica de oración silenciosa. Partí sintiéndome profundamente orgulloso de mi sociedad, de mi país, que tiene tantas cosas buenas y que puede llegar a ser una guía para otros que busquen estos intercambios interreligiosos.

Y por sobre todo dejé el seminario sintiendo que había tocado un fondo común –la fuente de lo divino que habita en la humanidad de todas las creencias – y que es sagrado -.

muihoong@sph.com.sg

Singapore Press Holdings Limited

Traducción de Magdalena Puebla

 

 

 

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