11 de octubre 2015

De John Main, OSB, “The Silence of Love”, WORLD MADE FLESH (London: Darton, Longman, Todd, 1993) pág 29-30


El lenguaje es insuficiente para explicar la plenitud del misterio. Es por esto que el silencio absoluto de la meditación es de importancia suprema. No intentamos pensar en Dios, hablar a Dios o imaginar a Dios. Nos mantenemos en el silencio maravilloso, abiertos al silencio eterno de Dios. Descubrimos en la meditación, a través de la práctica y enseñados a diario por la experiencia, que este es el ambiente natural para todos nosotros. Hemos sido creados para esto y nuestro ser florece y se expande en este silencio eterno.

“Silencio” como una palabra, sin embargo, falsifica la experiencia y tal vez disuade a mucha gente, porque sugiere alguna experiencia negativa, la privación de sonido o lenguaje. Las personas temen que el silencio de la meditación sea regresivo. Sin embargo la experiencia y la tradición nos enseñan que el silencio de la oración no es un estado pre-lingüístico sino post-lingüístico. El lenguaje ha completado la tarea, señalándonos a través y más allá de sí mismo y todo el reino de la conciencia mental. El silencio eterno no está privado de nada ni nos priva de nada. Es el silencio del amor, de aceptación incondicional y sin reservas. (….) Sabemos que somos amados y por eso amamos. La meditación trata sobre completar el círculo del amor. A través de nuestra apertura al Espíritu que habita en nuestros corazones, y quién en silencio está amando a todos, empezamos y volvemos a empezar en el viaje de la fe, porque siempre hay un nuevo comienzo a la eterna danza de estar enamorado.

Después de la meditación: “The Avowal”, por Denise Lavertov en THE STREAM AND THE SAPHIRE: Selected poems on Religous Themes (NY: New Directions, 1997) pág. 6

The Avowal

Para Carolyn Kizer and John Woodbridge

Recordando nuestra celebración

Del cumpleaños de George Herbert

 

Como se atreven los nadadores

Acostados de cara al cielo

Soportados por el agua,

Como los halcones descansan sobre el aire

Y el aire los sostiene,

Aprendería yo a lograr

Caída libre y flotar

Hacia el abrazo del Espíritu del Creador,

Sabiendo que el no esfuerzo gana

La gracia que rodea todo

 

Traducción: Guillermo Lagos