5 de febrero 2012

 

Extracto de JESUS EL MAESTRO INTERIOR de Laurence Freeman OSB (Buenos Aires, Editorial Bonum, tercera edición 2008) págs. 254-255

Cuando nos pide que no nos preocupemos, Jesús no está negando la realidad de los problemas diarios. Lo que nos pide es abandonar la ansiedad, no la realidad. Aprender a no preocuparse es un trabajo duro. 

 

Su enseñanza nos dice que la conciencia es más que los pensamientos o los sentimientos que se preocupan por el cuerpo. También es el alma y el espíritu. Y entonces, a pesar de “su desorden de atención deficiente”, la mente moderna tiene también su natural capacidad para permanecer tranquila y trascender sus fijaciones. En la profundidad, descubre su propia claridad cuando está en paz, libre de ansiedad. La mayoría de nosotros tiene alrededor de una media docena de ansiedades favoritas, como caramelos amargos que masticamos sin fin. Tenemos miedo de ser privados de ellas. Jesús nos desafía a superar el miedo que tenemos de liberarnos de la ansiedad, el miedo que tenemos a nuestra propia paz. La práctica de la meditación es una forma de aplicar sus enseñanzas en la oración: ella prueba, a través de la experiencia, que la mente humana puede realmente elegir no preocuparse.

Esto no quiere decir que podamos poner la mente en blanco con facilidad y despedir todos los pensamientos a voluntad. En la meditación permanecemos distraídos y no obstante, libres de las distracciones. Esto sucede porque – no importa cuán imperceptiblemente al principio - somos libres para elegir dónde colocar nuestra atención. Gradualmente, la disciplina de la práctica diaria fortalece esta libertad. Sería infantil imaginar que esto se hace realidad en un corto tiempo. Permanecemos distraídos durante mucho tiempo. Pronto nos acostumbramos a las distracciones como compañeras de viaje en el camino de la meditación. Pero no deben dominarnos. Elegir repetir el mantra fielmente y retornar a él en cualquier momento que aparezcan las distracciones ejercita la libertad que tenemos para prestar atención. No es una elección en el sentido que optamos por una marca particular en la estantería de un supermercado. Es la elección del compromiso.

El camino del mantra es un acto de fe y no un movimiento del poder del ego. Dentro de cada acto de fe existe una declaración de amor. La fe prepara el terreno para que la semilla del mantra germine en el amor. No creamos el milagro de la vida y del crecimiento nosotros mismos, sino que somos responsables de su evolución. Alcanzar la paz mental y la paz del corazón - en el silencio, la quietud y la simplicidad - no requiere de la voluntad del tipo A de un gran realizador, sino de la incondicional, sostenida y fiel atención de un discípulo.

Traducción del libro Jesús el maestro interior por Magdalena Puebla

 

Después de la meditación, “Five A.M. in the Pinewoods” de NEW AND SELECTED POEMS de Mary Oliver (Boston: Beacon, 1992) pág. 83-84

 

Vi sus huellas de cascos en la profundidad

de las hojas de pino y supe

que pusieron fin a la larga noche

 

bajo los pinos, caminando

como dos mudas y hermosas mujeres hacia

la profundidad de los bosques, entonces

 

me levanté de la oscuridad y fui. Bajaron

lentamente de la montaña y me observaron

sentada bajo los árboles azules,

 

tímidamente se acercaron con un paso y se quedaron bajo sus gruesas pestañas

e incluso masticando algún fruto húmedo de las hierbas.

 

Esto no es un poema sobre un sueño pero podría serlo.

 

Es un poema sobre el mundo que es nuestro, o podría ser nuestro.

Finalmente una de ellas, ¡lo juro!,

 

podría haber corrido a mis brazos.

Pero la otra clavó su filoso casco  

en las agujas del pino como

 

grifo de cordura,

y se alejaron juntas a través de los árboles.

Cuando desperté estaba sola pensando:

Entonces así es como nado a mi interior,

así es como fluyo hacia afuera,

así es como debo orar.

 

Traducción del poema por Isabel Arçapalo