9 de julio 2017

Photo credit: Kristofer Williams via Visual hunt /  CC BY-NC-ND

De John Main OSB, “The Way of Enlightenment” en The Hunger for Depth and Meaning, ed. Peter NG (Singapore: Medio Media, 2007), págs. 188-189


Todos estamos conscientes que hay mucha obscuridad en el mundo. Todos los días oímos de injusticias terribles, de violencia, de pleitos, de avaricia. Vemos esto al mismo tiempo a nivel personal y a nivel global. Todos estamos conscientes también de la obscuridad que hay dentro de nosotros…

Cuando empezamos a meditar, empezamos a comprender que no podemos entrar en la experiencia solo con una parte de nuestro ser. Todo lo que somos, la totalidad de nuestro ser, debe estar involucrado… Otra forma de decir esto es que cada parte de nuestro ser debe estar abierta a la luz. Todas las partes de nuestro ser deben salir hacia la luz. No meditamos para desarrollar nuestro lado religioso o nuestra capacidad. El hombre o mujer verdaderamente espiritual está en armonía con todas las capacidades que tiene…

La meditación no es un proceso a través del cual tratamos de ver la luz. En esta vida no podemos ver la luz plenamente y continuar viviendo. La meditación es un proceso por el cual vamos hacia la luz, donde empezamos a ver todas las cosas, la realidad completa. Empezamos a ver todo a través del poder de la luz. Y vemos que, como dijo Jesús, el poder de la luz es el amor.

La prueba de nuestro progreso en la meditación es cuán lejos nos estamos moviendo hacia ver a todas las personas y a todas las cosas a través de la luz de Dios. Ver a través de la luz del amor nos hace ser amorosos hacia todos ellos también. Sin juzgar, sin rechazar, sino ver a todas las personas y a toda la creación a través de esta luz que debemos descubrir en nuestros propios corazones.

 

Después de la meditación: “Petition” por K.A. Hays en WINDTHROW (Pittsburgh: Carnegie Mellon University Press, 2017), pág. 53

Petición
Aquí flota la mente en el muelle del verano
las rodillas relajadas, las manos titubeantes, 
los ojos nunca han oído nada sobre los relojes.
La mente no siente las horas, la mente se dispersa
entre las horas, en el amplio sol. Querido sol,
que da una visión, pero no es la visión.
Quien es el cuerpo y los cuerpos
que hablan hacia la obscuridad del muelle.
Quien, a los señuelos en el neumático atascado en la arena
se parece amor.
Haznos brillar a través de la sombra.
La cosa, o prisa de las cosas, que hace
una abertura, un camino.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos