Un extracto de “Frequent Flyer” de Laurence Freeman OSB, The Tablet, 10 de agosto 2004.
En una tarde de agobiante calor seco en la Toscana, el ómnibus dejó a un grupo de personas de varios continentes bastante lejos del convento donde harían un retiro, debían continuar caminando cuidadosamente por una cuesta empinada hacia el convento donde se encontraba la casa de huéspedes. El sendero es una parábola, hecho de ladrillos antiguos de terracota, muchos de ellos faltantes o reemplazados por nuevos.
Aunque debían cuidarse al caminar por ese sendero irregular, podían ver el panorama de valle arbolado y respirar el perfume acre de la retama. Estaban también preocupados por sus valijas, y pensando cómo serían sus habitaciones y cómo sería la comida. Pero ya quedaron atrás, Londres, Houston, Singapore y Ginebra, y para su sorpresa comienzan a sentirse en casa. Han llegado.