Las lecturas de la misa de hoy nos proveen con mucho alimento para pensar sobre la meditación o cualquier otra práctica espiritual que nos lleva más allá del pensamiento. Estas lecturas nos recuerdan también, como el espíritu de la Cuaresma debe hacerlo, el desear el tipo correcto de comida, comida sana y comida por la cual vivimos realmente. (Sigue leyendo)
El hambre de poder, en cualquiera de sus múltiples formas, doméstica, sexual o política, es quizás el anhelo humano más profundo. Si a menudo nos sentimos insatisfechos e inquietos es porque esta hambre entra en conflicto tan directamente con nuestra hambre de amor. (Sigue leyendo)
El poder como lo imaginamos (posesión, dominación y control) es irreconciliable con el amor. El conflicto entre ellos explica gran parte del sufrimiento humano interior.
Los días sucesivos de Cuaresma, como un buen adicto que lo toma día a día, son una oportunidad para aclarar nuestras vidas, su funcionamiento o disfuncionalidad y también su mayor significado. Si esto ocurre durante estos cuarenta (o cuarenta y seis) días, se sentirá más por accidente que por fuerza de voluntad. Sin embargo, debemos prepararnos para el accidente y sorprendernos. (Sigue leyendo)
Askeo, que nos da la palabra ascético, originalmente significaba entrenamiento para la guerra, pero también se usaba para describir el entrenamiento atlético. Un soldado bien entrenado que viola y saquea o un atleta que hace trampas (o un hombre de negocios que actúa de forma poco ética) traicionan el propósito más profundo de su trabajo, por muy buenos que sean. (Sigue leyendo)
Lecturas diarias para la Cuaresma 2018: Miércoles de ceniza
Comenzamos hoy un viaje de 46 días al Domingo de Pascua. Tradicionalmente hacemos algo extra o renunciamos a algo durante 40 de estos días. Podríamos omitir los seis domingos, ya que tradicionalmente son días libres para relajar la disciplina y recordar un hecho esencial que no deberíamos olvidar durante la Cuaresma: que ya hemos llegado adonde vamos. (Sigue leyendo)