Las personas luchan constantemente con cuestiones acerca de la existencia de Dios y de cómo será Dios. La Biblia piensa que solo “el insensato dice en su corazón: "Dios no existe" (Salmos, 14). (Sigue leyendo).
El camino para atravesar cualquier crisis es ir a lo más profundo, para encontrar la quietud que nunca cambia y es la fuente creativa de todo cambio a través de las incontables formas cambiantes que presenta la vida. (Sigue leyendo).
Espero que no se estén cansando de las semillas, porque hay una parábola más para considerarla. Es la más famosa de todas las historias de semillas, simple e inagotable. No es dogmática, pero la misma no nos dejará hasta que hayamos sido leídos por ella: Lucas 8:5-8. (Sigue leyendo).
Lo gracioso sobre la semilla es que aunque contiene un embrión viviente a menudo aparece como vacía. Sosteniendo en la mano un puñado de semillas se puede sentir, en este el más pequeño y muy frágil de los comienzos, todo el potencial del ser viviente que crecerá, bajo ciertas condiciones. (Sigue leyendo).
Ayer mencionaba la parábola de la semilla de Jesús. Realmente, hay varias parábolas en las cuales él usa la semilla para transmitir sus enseñanzas. Esta es una: (sigue leyendo)
El filósofo Spinoza era conocido por tener el don de dar paz a sus lectores, clarificando cosas y permitiéndoles entender por sí mismos la gran película de la vida. ‘Comprender es ser libre’. Él también había dicho que ‘toda nuestra felicidad y toda nuestra miseria depende solamente de la calidad del objeto al cual estamos apegados por amor’. (Sigue leyendo).
Existe un buen consenso hoy, de que algo fundamental ha salido mal en la forma en que hacemos las cosas. La brecha entre el rico y el pobre, el modo como la democracia funciona, la forma en que se practica la medicina, las metas de la educación, el uso de la tecnología y los medios, la cultura corporativa – y el rol que la religión juega en la sociedad. (Sigue leyendo).
Existe una paz falsa que viene del sentimiento de que estamos en control y podemos explicar lo que está sucediendo. Es lo que Jesús llamó “la paz que viene de este mundo” y que se distingue de la paz que viene de él como un don. Como todos los dones que vienen de una fuente auténtica, éstos son sin condición, sin importar que el beneficiario – nosotros- lo merezcamos o no. (Sigue leyendo).
La soledad puede ser un secreto y una fuente de vergüenza aún más grande que la disfunción sexual. Las estadísticas sociales – y respuestas gubernamentales motivadas por la preocupación por la salud mental – sugieren que un número creciente de personas, jóvenes y adultos, reportan sentirse desconectados de los otros, no amados por ninguna persona y sin nadie con quien compartir. Esto es una cosa horrible. (Sigue leyendo).